lunes, 16 de abril de 2012

Generación Perdida

...solo teníamos que soplar las velas cada año, desear cualquier cosa, estudiar mucho, licenciarnos, ser honestos y encontrar nuestra media naranja con un beso mágico. Nos casaríamos a los 25, tendríamos un perro, dos hijos, una casa, dos coches, un chalet y seríamos felices y comeríamos perdices. Hicimos caso y la respuesta fue un montón de mierda...ni rastro de las perdices.

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